Hoy grita un niño muy fuerte: “¡¡¡dejadme en paz!!!”, y atrona a un colegio entero.
A mordiscos y a patadas se defiende de quién sabe qué, mientras los adultos ponemos distancia en forma de procedimientos que se alargan.
Un niño que grita en alto, otro que calla, esta otra que se daña, aquél que deja de comer o de hablar, la que se asusta, el que se esconde tras la pantalla…
En un mundo de DANAs, guerras y conflictos despiadados los niños, niñas y adolescentes piden como pueden que les dejemos una vida en calma. Detrás de cada uno de ellos que sufre hace falta un trabajo que requiere tiempo, respeto y profesionalidad.
La infancia se desmorona a solas si no nos ocupamos de atenderla como corresponde. Hagámonos cargo de su cuidado, y de proporcionarles paz.
20 de noviembre, Día Mundial de la Infancia.
Fórum Infancias Madrid.